MI JARDIN
Rebosante, cálido y abundante,
colorido, lleno de vida, cautivante.
Sus flores, de todo tipo, belleza sin igual,
llenas de melodía, inundaban de vida
todo corazón vacío, atraían y hechizaban
a los quebrantados.
Soñaba con un jardín rebosante de luz y vida,
pero en medio de la oscuridad, yacía mi alma,
rodeada de tormentos y melancolía.
Sin embargo, el atisbo de esperanza surgía,
como un faro de luz en medio del naufragio.
Mi jardín, rincón de mis pensamientos y alma,
de sueños y anhelos, comenzaba, poco a poco,
a ver la vida.
Ansiaba la belleza de su propósito,
pero las circunstancias parecían oponerse,
privandolo del dulce sabor de la existencia.
Mi jardín,
que un día yacía estéril,
poco a poco comenzó a ver la vida.
El jardín que estaba solo
empezó a experimentar los frutos
de ser cuidado por el jardinero.
Él lo regaba y cuidaba,
le cantaba melodías de esperanza,
lo podaba, lo cuidaba, lo admiraba.
La añoranza comenzó a convertirse en realidad,
y mi jardín, que carecía de vida,
poco a poco comenzó a irradiar colores.
En mi habitación, mi jardín fue regado,
en medio de lamentos, llantos y fatalidad.
Al jardinero eso no le asustaba.
Con su voz, sus palabras y su tierno abrazo,
lo regó, lo cuidó y lo sanó,
cada grieta, cada raíz comenzó a crecer,
lo que estaba muerto, comenzó a vivir.
El sol lo cubría con su calor,
y ya nunca se apartará de él.
El crudo invierno se alejó,
y por primera vez vio nacer la primavera.
Dulces melodías, cada día, se hicieron presentes,
melodías que alejaban la ansiedad
que mi ser consumía.
Por ese jardín que un día parecía infértil,
y que a veces temía regresara a su antigua condición.
Los temores, las dudas y el temor
poco a poco se desvanecen.
Mi jardinero me enseñó a confiar en El,
comencé a disfrutar de mi jardín,
a deleitarme en él para siempre.
Ya fuera en la poda, la tormenta,
o un ladrón que quisiera robar mis flores más preciadas,
sabía que ahora tenía a mi jardinero,
quien me cuidaba y protegía.
Mi jardín ya nunca más estaría solo.
Mi jardín comenzó a florecer,
en medio de la adversidad.
Diana Pacheco
Facultad de Ciencias de la Comunicación, UANL
Hermoso Poeta!!
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